Aunque existen muchas formas de preparar el pan, incluso algunas en las que no tenemos que amasarlo, la manera clásica es preparar una masa que necesitará descansar un poco y que llevará trabajo para que obtenga la consistencia que se desea logrando un producto final suave por dentro pero ligeramente tostado por fuera.
Hay varios aspectos para amasar pan que debemos tomar en cuenta:
- Comienza cuando ya tengas la masa integrada, que sea muy espesa para mezclar con una cuchara pero todavía se pegue a los lados de un envase, es decir, que aún necesite más harina.
- Para trabajar usa una mesada grande, que esté muy limpia. No importa realmente si es de madera o de plástico, con tal que esté limpia y que tengas espacio suficiente para la cantidad de masa con la que estés trabajando.
- Agrega harina de trigo a la mesada y pon encima la masa.
- El proceso de amasado comenzará en este momento y será muy simple: estira con las manos, dobla hacia adentro y repite. En el proceso deberás integrar de a pocos la harina que tienes debajo de la masa para que ya no se pegue más.
- La harina entrará lentamente mientras amasas. Si necesitas más porque se está pegando a la mesada, agrega sin miedo.
- El proceso de amasar el pan deberá durar unos 10 minutos. Esto también va a depender de la fuerza de la persona que lo esté haciendo.
- Para saber que está lista, no deberá pegarse a la mesada, y debe estar muy elástica. La consistencia también dependerá del tipo de pan que estemos haciendo, algunas son menos elásticas que otras, pero para las recetas clásicas, esta será la norma.
Siempre tendremos la opción de usar una maquina para este proceso, como un ayudante de cocina o procesador de alimentos, pero si no es este nuestro caso, estas técnicas te vendrán perfectas.
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